“Me dijo que me iba a morir”: una joven denunció que fue abusada por un pai umbanda tras un terrible engaño
La víctima, de 21 años, se presentó en la DDI de La Plata y se abrió una investigación.
Una joven de 21 años denunció por abuso sexual a un hombre que se hace pasar por “pai umbanda” en la ciudad de La Plata. Según su testimonio, la sometía con la excusa de “curarla” de una supuesta enfermedad mortal.
Los hechos que desde la semana pasada investiga la DDI de La Plata habrían ocurrido la semana pasada en la casa del acusado, ubicada en las calles 209 y 521 del barrio Abasto. Además de dar detalles de los abusos que sufrió, la joven advirtió que cada vez que iba a verlo “en la puerta había una fila de adolescentes esperando que él las cure”.
La denuncia de la víctima
En su declaración, la mujer contó que la primera vez que a visitar al “brujo” lo hizo por recomendación de una pareja amiga y lo hizo para llevar a su madre, quien padece una enfermedad mental.
Sin embargo, una vez que estuvieron allí, el hombre le ofreció tirarle las cartas también a ella y fue entonces cuando, sin sospechar sus verdaderas intenciones, cayó en la trampa. “Me dijo que en tres semanas me iba a morir”, indicó la joven, en diálogo con Crónica.
Ante la desesperación de ella, el sujeto enseguida le aclaró que “él podía ayudarla” para evitar el trágico destino y que iba a hacer ese trabajo sin cobrarle dinero por ello. Así fue como la joven volvió al día siguiente a su casa para empezar con el presunto ritual de sanación.
Ya en esa visita se sintió incómoda por el accionar del acusado, pero la situación se fue agravado a medida que se sumaban las sesiones. “Mientras él preparaba el agua con la que me iba a curar, me dice que me saque toda la ropa, hasta la ropa interior, y que no me preocupara porque no me iba a ver nadie”, relató la víctima. “Ahí me dice que lo que baja en él, es lo que me iba a curar. Yo ya no estoy, me decía”, agregó.
Después, la supuesta enfermedad se transformó en una “mai de una prostituta que se metía adentro mío, esto hacía que los hombres me vieran como carne”. Para exorcizarla, ella debía decir: “Sácame eso y hacéme lo que me tengas que hacer”.
Para ese momento, no sólo la excusa había cambiado. Los manoseos del principio se agravaron también y ese fue su límite. No obstante, aunque ella decidió no volver más a esa casa, el hombre siguió acosándola y hostigándola en la calle, tanto a ella como a su mamá. A raíz de esto, la víctima recurrió a la Justicia.
Fuente TN