El Valor invisible del Albañil .

En cada muro levantado, en cada casa terminada y en cada edificio que se eleva hacia el cielo, hay algo más que cemento, hierro y ladrillos ,hay esfuerzo, sudor y dignidad. Sin embargo, pocas veces se reconoce la verdadera magnitud del trabajo del albañil, ese oficio silencioso y sacrificado que sostiene gran parte del progreso de nuestras comunidades, muchas veces denigrado no valorado y no solamente en lo redituable, también lo hemos visto en la parte humana de esa persona que la mayoría lo tienen por inculta por no haber seguido estudiando o por siempre verlos llenos de cal y mirarlo de arriba como si estuviese mal.

Alguien me contaba una anedocta vivida por él,que un día cruzó una persona al que le había hecho su vivienda y ni siquiera lo saludo,me dolió en el alma me contaba ,yo terminé mi vida casi sin poder levantarme por problemas de cintura, quizás dirá yo no le debo nada ni tampoco estar agradecido si le pagué su trabajo, me sentí poco valorado simplemente quería un saludo o aquel Doctor que se retirá de su profesión lo siguen respetando y llamando Dr y los demás que no tuvimos los medios de estudiar y que abrazamos este hermoso oficio que es ser Albañil no merecemos el mismo respeto cuando dejamos de trabajar, porque nuestro cuerpo dice Basta por tanto trabajo pesado y sacrificado , pero lamentablemente en esta vida no es para todos iguales.

Ser albañil no es tarea sencilla. Es levantarse antes del amanecer, enfrentar el frío, el calor o la lluvia, y trabajar largas horas con el cuerpo como principal herramienta. Es tener conocimiento, precisión y compromiso, aunque muchos aún crean que se trata solo de “trabajo físico”. Es, en realidad, una labor técnica, artesanal y profundamente humana.

Detrás de cada obra hay personas que dejan su marca sin firmar, que construyen el futuro de otros sin que su nombre aparezca en placas ni titulares. Y pese a eso, el reconocimiento social no siempre llega. Se los valora por el resultado, pero no por el esfuerzo. Se disfruta la comodidad de un hogar sin pensar en las manos que lo hicieron posible.

Revalorizar el oficio del albañil es reconocer que su trabajo es fundamental, que sin ellos no habría ciudades que crecen ni sueños que se materializan. La dignidad del trabajo se mide también por la gratitud que como sociedad sabemos expresar hacia quienes, con humildad y constancia, construyen nuestro día a día.

Porque detrás de cada pared, hay una historia de esfuerzo que merece ser contada y respetada.

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