La Muralla Romana de Lugo, ubicada en la provincia de Lugo, en la comunidad autónoma de Galicia, en el noroeste de España, es un ejemplo magnífico de la ingeniería romana y un testimonio viviente de la historia antigua. Construida entre los siglos III y IV d.C., esta fortificación fue erigida para proteger la ciudad romana de Lucus Augusti, actualmente conocida como Lugo.

Principalmente, su propósito era defenderse de invasiones y ataques de pueblos externos al Imperio Romano, así como de conflictos internos y rebeliones que marcaban la inestabilidad del Bajo Imperio. Además, estas murallas facilitaban el control de acceso a la ciudad y servían como símbolos de poder y prestigio, reflejando la fortaleza y riqueza tanto de la ciudad como del Imperio Romano. Su notable conservación hasta la actualidad es un testamento de la habilidad constructiva de los romanos y de la agitada historia de la época.

La muralla, con una longitud de más de dos kilómetros, se destaca por su impresionante estado de conservación. Es la única muralla romana en el mundo que conserva íntegramente su perímetro. Sus robustas estructuras, formadas por sillares de granito, alcanzan una altura de hasta 15 metros en algunos puntos, y su anchura varía entre 4 y 7 metros. A lo largo de su extensión, se alzan 71 torres y 10 puertas, cada una con su propia historia y características arquitectónicas.

Pasear por el adarve, el camino de ronda superior de la muralla, ofrece una experiencia única. Desde allí, se pueden contemplar las vistas de la ciudad antigua y moderna, un contraste entre el pasado y el presente. Este paseo es un viaje en el tiempo, donde cada piedra parece narrar historias de épocas pasadas.

La importancia histórica y cultural de la Muralla Romana de Lugo es inmensurable. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, reconociendo no solo su valor arquitectónico sino también su significado como símbolo de la continuidad y resistencia de una cultura a través de los siglos.

La muralla no solo es un atractivo turístico, sino también un punto de encuentro para los lugareños. Es el escenario de numerosas festividades y eventos culturales, como la celebración anual del ‘Arde Lucus’, donde la ciudad revive su pasado romano y castreño con recreaciones históricas y actividades.

En resumen, la Muralla Romana de Lugo es más que una simple estructura defensiva. Es un monumento viviente que cuenta la historia de una ciudad, una cultura, y un legado que ha trascendido el tiempo, manteniéndose como un símbolo de la historia y la identidad de Lugo.

Tema Sugerido por: Mimi Blanco Lopez

Fuente : Jessica Canal Travel