LEYENDA URBANA:RUIDOS BAJO LA CAMA
Había una vez una joven llamada Ana que vivía en una pequeña casa ubicada en un tranquilo vecindario. Ana solía disfrutar de la paz y la tranquilidad que le brindaba su hogar, pero todo eso cambió cuando comenzaron a escucharse extraños ruidos que provenían debajo de su cama durante la noche.
Al principio, Ana pensó que eran simplemente ratones u otros animales que se habían infiltrado en su hogar, pero a medida que los ruidos se intensificaban, empezó a dudar. Cada noche, justo cuando ella se acostaba a dormir, empezaba a escuchar susurros y movimientos debajo de su cama. Los ruidos eran tan fuertes que le resultaba imposible descansar.
Una noche, Ana decidió enfrentar su miedo y examinar lo que había debajo de su cama. Con una linterna en la mano, se arrodilló y levantó el colchón lentamente. Para su sorpresa, no encontró ninguna explicación lógica para los ruidos. Todo estaba en silencio y no había señales de ningún intruso.
Pero justo cuando Ana se disponía a levantarse y volver a la cama, sintió una fría mano aferrar su pierna con fuerza. Gritó de manera desesperada, intentando soltarse, pero la mano la arrastró debajo de la cama. Quedó atrapada en un espacio oscuro y estrecho, incapaz de ver lo que estaba sucediendo a su alrededor.
A medida que Ana luchaba por liberarse, sintió una presencia maligna que se acercaba cada vez más a ella. Podía escuchar susurros ininteligibles y risas macabras resonando en sus oídos. Los ruidos bajo la cama se habían convertido en el aterrador hogar de un ser sobrenatural.
Pasaron horas eternas antes de que Ana lograra salir de esa pesadilla. Corrió frenéticamente hacia la puerta y abandonó su casa, jurando nunca volver a poner un pie en ese lugar maldito. Desde ese día, Ana vive con el constante miedo a lo desconocido, siempre recordando los ruidos que escuchó bajo su cama y el terror que sintió en aquel oscuro y angustiante momento.
La historia de los ruidos bajo la cama de Ana se ha convertido en una leyenda urbana que circula en su vecindario. Muchos evitan pasar cerca de su antigua casa por temor a encontrarse con una experiencia similar. Se dice que el espíritu maligno aún acecha, esperando el momento adecuado para buscar a su próxima víctima y perpetuar el ciclo de terror.
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